• No pones límites en horarios, día, ni condiciones.
• Sienten culpa si no están trabajando.
• Se quedan hasta altas horas de la noche trabajando.
• Comen en su escritorio y no hacen ningún tipo de pausa.
• Se aíslan socialmente.
• No saben delegar y acumulan responsabilidades.
• Sufren de estrés prolongado.
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