La ética se refiere a “los principios de conducta que rigen a un individuo o a un grupo”, es decir, las directrices que la gente utiliza para decidir cómo debería comportarse, sin embargo, las decisiones éticas no incluyen cualquier tipo de conducta.
Las decisiones éticas siempre están arraigadas en la moralidad, que son las normas de conducta aceptadas por la sociedad, y siempre involucran preguntas básicas sobre lo correcto y lo incorrecto.
Ahora bien, para el tema del trato justo en el trabajo, podemos considerar lo siguiente.
Es importante reflexionar sobre cómo valora la empresa al ser humano y si la primera debería cubrir una función social. Cada persona tiene diferentes conceptos del ser humano, pero éste tiene una esencia que es la misma siempre. En una organización, el individuo se adhiere a ella y es crítico de que esa adhesión sea verdadera; si no, es falsa, así el ejercicio del trabajo es que deja ser lo que uno quiere ser.
El directivo de recursos humanos tiene bajo su responsabilidad cuidar los aspectos éticos dentro de la organización y evitar el reducir al ser humano en una función, ya que son los objetos los que tienen funciones, sirven para algo; las máquinas son objetos que sirven hasta que se les reemplaza, ya sea por mejoras o porque dejan de funcionar. El humano no es una “cosa funcional”, y se debe recuperar en todo el mundo la naturaleza ética del hombre.
Por eso consideramos que la ética no es teórica, sino es el elemento con el que funcionan los negocios, en la práctica las decisiones de recursos humanos enfrentan muchas consecuencias éticas, a su vez, también la relación entre colaboradores se vuelven sólidas si se muestra una ética empresarial adecuada.
Fuente: Dessler, Gary. Administración de recursos humanos. Enfoque latinoamericano.
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